Interesante película escrita y dirigida por Richard LeGravenese, conocido fundamentalmente por su trabajo como guionista en títulos de cierto renombre –La princesita, Los puentes de Madison o El hombre que susurraba a los caballos, son algunos de los más representativos-. Está basada en la experiencia personal de la profesora Erin Grunwell, recogida en el libro “Los diarios de los escritores de la libertad” –The Freedom Writers Diary-, editado en España en 2007 por Elipsis.
La historia comienza con Erin (Hilary Swank) recién licenciada en la universidad. Es una joven, casada y sin hijos, llena de ilusión y ansiosa por comenzar a trabajar como profesora de literatura en un instituto de Long Beach (Florida), caracterizado por la marginalidad del alumnado. En su mayoría son inmigrantes, procedentes de distintas etnias, culturas y países. Los entornos familiares y sociales de los chicos y chicas no son, precisamente, los más adecuados para favorecer su educación. Muchos de ellos forman parte de pandillas rivales, trasladando el enfrentamiento a la propia aula, en la que no muestran el más mínimo afán por aprender.
Erin está ansiosa por demostrar a su padre –antiguo activista en pro de los derechos civiles-, al que quiere y admira, que es digna de llevar su apellido. No tiene la más mínima duda de que conseguirá sacar lo mejor de esos jóvenes sin rumbo, cuyas vidas están condenadas al fracaso y la marginalidad.
Sin embargo, su optimismo no es compartido por quienes la rodean. Ni su marido, ni su padre, ni siquiera el resto de un claustro desencantado, le dan la más mínima posibilidad de triunfo. Muestra de lo que le espera y primer contacto con la realidad desprovista de sueños, será su encuentro con la jefa de departamento, la Sra. Campbell (Imelda Staunton). Esta entrevista marca las pautas de lo que será el desarrollo de la historia: una joven testaruda, y quizás imprudente, convencida de la capacidad de la educación para transformar a las personas, y la actitud desencantada de quien tras largos años de trabajo ha perdido la ilusión y se conforma con ir tirando, sin esperanza, sin fuerzas y sin ánimo para cambiar nada.
La primera clase de Erin es patética y desalentadora. Los chicos captan rápidamente que la profesora es novata y se aprovechan de la situación. Le ponen las cosas realmente difíciles a la joven maestra. La batalla está planteada y la desigualdad entre los contendientes evidente. Sin embargo, con lo que ni los estudiantes, ni la jefa de departamento, ni siquiera su familia cuenta, es con la constancia de esta esmerada profesora. No está dispuesta a arrojar la toalla a las primeras de cambio y se enfrenta a la situación con todos los medios a su alcance, descuidando otros aspectos de su vida personal, como la estabilidad de su matrimonio. ¿Hasta qué punto el fin justifica los medios?
Los diarios de la calle plantea muchas cuestiones interesantes y de plena actualidad. En primer lugar su trama gira en torno a algo tan crucial como la educación. En ella salen a relucir fenómenos como la diversidad en las aulas, la burocracia administrativa, el desencanto del profesorado, la apatía de los alumnos, los métodos pedagógicos y, lo que me parece fundamental, el papel del profesor en todo este entramado. Se habla y se habla de reformas educativos, de sistemas de enseñanza, de inversiones, de medios, y muchas veces se olvida que la clave de todo está en los profesores. Las leyes no educan ni forman, pueden ayudar facilitando un entorno adecuado, pero ahí se acaba su papel. La verdadera responsabilidad de la educación recae en los padres y en los profesores –en este caso, su ámbito natural son las aulas-. Un buen profesor nunca se da por vencido y hace todo lo que está en su mano para sacar lo mejor de sus alumnos, con el único límite de la propia libertad de los jóvenes. Este hacer todo lo que está en su mano, comienza por la propia formación profesional y el afán de mejorar cada día.
Otro tema importante, es el papel de los buenos libros en la formación de los jóvenes. En la película vemos como la lectura de El diario de Ana Frank, es el revulsivo que siembra la semilla de la formación y el conocimiento en estas almas maltratadas.
Pero hay más. Erin, en su afán por sacar adelante a estos jóvenes, llega hasta el extremo de buscarse otro trabajo por las tardes con el que conseguir dinero para comprar libros y actividades extraescolares, que paga de su bolsillo. La consecuencia de todo esto es deterioro de su propia vida familiar. Como vemos, otro tema difícil y de máxima actualidad para el debate: la conciliación laboral y familiar. Y así podríamos seguir sacando asuntos –pandillas juveniles, racismo…-, pero no se trata de agotar la película.
Hilary Swank –ganadora de dos Oscar por su trabajo en Boys Don’t Cry y Million Dollar Baby- demuestra que es una gran actriz y encarna a Erin Grunwell de manera convincente. Dota al personaje de simpatía, dándole un toque femenino ciertamente atractivo. No estamos ante una joven utópica y desaliñada, genuino producto de la progresía más descuidada, sino frente a una mujer muy femenina, que cuida su aspecto personal en los más mínimos detalles y sin complejos. También es destacable la interpretación de April Lee Hernández, en el papel de la alumna Eva y, en general, todo el reparto está a la altura, aunque con papeles menos agradecidos. En conjunto es una producción cuidada, con una adecuada puesta en escena y buena banda sonora.
La película gustará a todo tipo de público, pero se me antoja especialmente interesante para profesores y adolescentes.
Dirección: Richard LaGrevenese. Intérpretes: Hillary Swank, Patrick Demsey. Duración: 123 minutos. Género: Drama. Público apropiado: Jóvenes. Más información en decine21.com.
Los diarios de la calle plantea muchas cuestiones interesantes y de plena actualidad. En primer lugar su trama gira en torno a algo tan crucial como la educación. En ella salen a relucir fenómenos como la diversidad en las aulas, la burocracia administrativa, el desencanto del profesorado, la apatía de los alumnos, los métodos pedagógicos y, lo que me parece fundamental, el papel del profesor en todo este entramado. Se habla y se habla de reformas educativos, de sistemas de enseñanza, de inversiones, de medios, y muchas veces se olvida que la clave de todo está en los profesores. Las leyes no educan ni forman, pueden ayudar facilitando un entorno adecuado, pero ahí se acaba su papel. La verdadera responsabilidad de la educación recae en los padres y en los profesores –en este caso, su ámbito natural son las aulas-. Un buen profesor nunca se da por vencido y hace todo lo que está en su mano para sacar lo mejor de sus alumnos, con el único límite de la propia libertad de los jóvenes. Este hacer todo lo que está en su mano, comienza por la propia formación profesional y el afán de mejorar cada día.
Otro tema importante, es el papel de los buenos libros en la formación de los jóvenes. En la película vemos como la lectura de El diario de Ana Frank, es el revulsivo que siembra la semilla de la formación y el conocimiento en estas almas maltratadas.
Pero hay más. Erin, en su afán por sacar adelante a estos jóvenes, llega hasta el extremo de buscarse otro trabajo por las tardes con el que conseguir dinero para comprar libros y actividades extraescolares, que paga de su bolsillo. La consecuencia de todo esto es deterioro de su propia vida familiar. Como vemos, otro tema difícil y de máxima actualidad para el debate: la conciliación laboral y familiar. Y así podríamos seguir sacando asuntos –pandillas juveniles, racismo…-, pero no se trata de agotar la película.
Hilary Swank –ganadora de dos Oscar por su trabajo en Boys Don’t Cry y Million Dollar Baby- demuestra que es una gran actriz y encarna a Erin Grunwell de manera convincente. Dota al personaje de simpatía, dándole un toque femenino ciertamente atractivo. No estamos ante una joven utópica y desaliñada, genuino producto de la progresía más descuidada, sino frente a una mujer muy femenina, que cuida su aspecto personal en los más mínimos detalles y sin complejos. También es destacable la interpretación de April Lee Hernández, en el papel de la alumna Eva y, en general, todo el reparto está a la altura, aunque con papeles menos agradecidos. En conjunto es una producción cuidada, con una adecuada puesta en escena y buena banda sonora.
La película gustará a todo tipo de público, pero se me antoja especialmente interesante para profesores y adolescentes.
Dirección: Richard LaGrevenese. Intérpretes: Hillary Swank, Patrick Demsey. Duración: 123 minutos. Género: Drama. Público apropiado: Jóvenes. Más información en decine21.com.
6 comentarios :
Hola, disculpa que dejemos aquí este comentario, pero no encontramos otra forma de contacto.
¿Pues hacerte eco de este proyecto literario?:
http://7plumas.blogspot.com/2010/04/presentacion-nota-de-prensa.html
Muchas gracias:
www.7plumas.com
Desconocía vuestro interesante proyecto. Acabo de colocar 7plumas en el apartado de blogs. A partir de ahora, irán apareciendo las nuevas entradas que publiquéis.
Ánimo y saludos.
Hola,...soy un profe canario y quería felicitarte por tu excelente comentario de esta pelicula,...desde hace un par de años la venga trabajando con los chicos de mi tutoría (3º ESO) y es increible la dinámica de clase que se genera en el aula,...ya vendré por aquí a visitarte,...un saludo desde Tenerife
Muchas gracias, Marcelo, por tu comentario. Me anima a seguir en la brecha intentando que cinecine tenga algo de utilidad.
Saludos.
Perdona mi ineptitud pero he sido incapaz de encontrar tu apartado de blogs...
Simplemente darte las gracias por tu apoyo y anunciarte que el proyecto de 7 Plumas está finalizado y en fase de publicación. Nuestra criatura se ha llamado "Oscurece en Edimburgo".
Saludos
Gracias por avisarme Anabel. He hecho algunos cambios en la columna lateral y me he "olvidado" de los blogs ¡Qué fallo! No me había dado cuenta, ¿te lo puedes creer?
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